Especificaciones para un sistema de construcción orgánico y humano.
- Alfredo Henao
- 7 mar 2017
- 7 Min. de lectura
INTRODUCCION
Durante los últimos años, A-VITA estudia y desarrolla estructuras idóneas para un medio ambiente limpio. Hemos intentado crear un procedimiento de identificación que conduzca de una vez, a lograr unos ambientes construidos que puedan ser descritos como orgánicamente totales o vivos.
¿Que queremos decir con estos términos? No queremos decir con esto que el entorno deba parecerse a un árbol, un organismo biológico, por lo menos no más que una hermosa cabaña de las montañas pueda parecerse a un árbol, un manantial o una roca. Y tampoco queremos decir que el entorno actuará como un organismo biológico, de igual modo que esa misma cabaña no se nos expresará o tendrá por sí misma una deliberada vida animal. Queremos decir que el medio ambiente, el entorno social y el físico formen juntos un sistema vital y que como cualquier otro sistema vital, pueda estar más o menos vivo, más o menos integrado. Esta idea está descrita más acabadamente en otra parte, pero estamos seguros por lo pronto, que el estado de salud del medio ambiente es especificable. Cuando usamos los términos “orgánicamente”, “total” o “vivo”, nos estamos refiriendo al estado de salud del sistema físico y social que en forma conjunta constituye el entorno vital humano y de la naturaleza en el planeta como hogar básico primario.
Hemos hallado que un procedimiento de edificación para que sea apto para producir edificios que sean orgánicamente vivos, necesita cuatro elementos.
Un patrón de lenguaje común. Un procedimiento de edificación que pueda mejorar y desarrollarse a través de un debate público. Nuestro primer intento sobre un patrón de lenguaje de ese tipo, está casi terminado y será editado en breve.
Los patrones en el lenguaje son soluciones físicas que resuelven tendencias humanas conflictivas, que se repiten con frecuencia en los medio ambientes existentes.
Diseño del usuario. Los usuarios podrán diseñar nuevamente su propio entorno, empleando este patrón de lenguaje común para conformar su trabajo. Solamente en este momento podrán sentirse competentes, responsables y maduros. Ellos conocen sus propias necesidades y las particulares de sus propios problemas, mejor que cualquier diseñador profesional.
Nuestro trabajo experimental ha demostrado que el profano puede realizar competentes diseños de viviendas si utiliza patrones de un nuevo tipo de lenguaje y que se acompañan de componentes físicos que respondan a estos patrones.
La principal limitación que presentaban las tecnologías con capacidad de respuesta, era su referencia casi exclusiva a la vivienda unifamiliar, aislada e individual y una obsesión por las localizaciones pastoriles. Los sistemas A-VITA demuestran que son capaces de ser utilizados en áreas de alta densidad y es posible integrarlos a entornos urbanos preexistentes como para ser aplicados en zonas de conservación patrimonial.
Uno de los aspectos más importantes de las tecnologías con capacidad de respuesta es su tendencia a borrar las duras y firmes distinciones que han existido hasta ahora entre diseño, producción, montaje, uso y demolición mediante la participación comunitaria.
El diseño se convierte en una actividad continua, que se combina con la intervención y control del usuario. Producción y montaje derivan en adaptación, extensión y progresividad.
Los sistemas constructivos permanecen en un estado permanente de adaptación y evolución como respuesta a las cambiantes necesidades y puntos de vista del ocupante, son en suma una articulación en el tiempo.
De hecho, resulta difícil hablar de la edad de los edificios o su tiempo de vida útil. Al igual que el cuerpo humano, cambian constantemente su tejido mientras conservan una mayor lentitud los cambios de sus partes funcionales. Tras un periodo de cincuenta años, pocas partes de la construcción original permanecen iguales y la configuración del edificio puede haberse alterado de forma radical.
Los hábitats en evolución tienen una buena cantidad de ventajas si se los compara con los edificios estáticos y terminados de la edificación tradicional.
Una de las ventajas básicas es la financiera. Las casas convencionales son muy costosas. Para poder mantenerse dentro de precios de mercado competitivos, la mayor parte de las viviendas, están construidas sobre la base de lograr el menor costo posible en pesos por metro cuadrado de estructura terminada. Este bajo costo inicial se paga por regla general con el precio de altos costos operativos.
El rendimiento de la utilización de la energía es pobre y los precios del aire acondicionado para zonas tropicales o la calefacción para regiones estaciónales es alto. Las demandas biológicas para las compensaciones climáticas se deben tener en cuenta, a más frío más requerimientos calóricos.
Optimizar los costos a lo largo del ciclo de vida incrementa considerablemente el costo inicial. El uso deficiente de la energía y del agua dilapida el capital que finalmente resulta pagando el usuario, y sumado todo claro está, a altos costos sociales los cuales no aparecen jamás en las tablas de costos de los constructores tradicionales.
En las estructuras avanzadas que proponemos, inmediatamente o pasado un tiempo, la estructura se amplía o se la somete a componentes y sistemas agregados. Se le incorporan nuevos elementos y lo más viejo, es nuevamente integrado o es cambiado o revendido. Tras algún tiempo se alcanza un estado estable y la vivienda, madura entra en un ciclo de afinado, ascenso y adaptación. A lo mejor se traslada o se reduce su volumen por migración o movimiento de sus ocupantes.
El proceso es análogo al de la sucesión ecológica desde la pradera al estado de clima selvático. El desarrollo es esencialmente un proceso espiral en el tiempo, guiado o iniciado por los ocupantes. Toda célula de vivienda tiene su historia. A un nivel individual por analogía, la vivienda reproduce o es extensión de la dinámica de vida de sus ocupantes, a un nivel comunitario las casas más evolucionadas son las que más fácilmente se convierten en puntos de partida y ofrecen las opciones mas ricas como nódulos de crecimiento.
El crecimiento de un grupo residencial estimula el crecimiento de otro como partes que ascienden y cambian, e integran una reserva común de partes de recambio para la vida útil o el reciclado del componente.
Si esta tendencia de la construcción lograse una amplia difusión, podría desempeñar un papel muy importante en la disminución de la decadencia urbana y de los índices de obsolescencia de los edificios.
Una construcción rígida desgastada, demolida y reconstruida, constituye un ciclo costoso tanto financiero como social, y ambientalmente sus costos son extremadamente difíciles de valorar. No necesitamos estar atrapados en un pasado que ya no se adapta a nosotros, el presente del futuro puede encontrar ya su propia configuración. Aunque el surgimiento de una arquitectura evolutiva sea en gran medida espontánea, inventada por necesidad, su total realización siempre implica una re consideración radical del diseño y de las formas de la vivienda tal como las conocemos. Una re consideración que incluye sus propias abdicaciones. No volveríamos a ser los creadores de formas de época del pasado, los sumos sacerdotes de la propiedad, que erigen objetos de arte en pedestales suburbanos o diseñan monolitos de prestigio en ciudades comerciales, más que definidores de espacios, nos convertiremos en diseñadores de posibilidades, dentro de las cuales la gente encontrará sus propias definiciones su expresión propia como base para una sociedad libre.
Las construcciones existentes no conocen otras técnicas que no sean pesadas, no se conocen aún formas constructivas mediante componentes fáciles de manejar. Deberíamos abstenernos de proponer los sistemas que dependan de máquinas sobrehumanas, como grúas y “bulldozers” (que es en lo que descansan las más corrientes técnicas de la construcción). Estos equipos requieren trabajo altamente especializado para su operación su gasto en combustible es grande sumado esto a la polución de sus emisiones. Estas costosas máquinas de construcción hacen que las posteriores reparaciones y modificaciones por el usuario resulten imposibles.
A la luz de este hecho, se ha creado un persistente "sueño" tecnológico para adultos del tipo de los que los fabricantes de juguetes han creado con éxito para los niños (simples juegos de componentes constructivos con sistemas de juntas fáciles, virtualmente a toda prueba.
Aunque algunos sigan haciendo uso de los ubicuos ladrillos los cuáles no son exactamente una solución para el futuro, realmente ha habido una buena cantidad de intentos de tecnología prefab bajo el lema publicitario de que dos adultos, sin ningún equipo especial ni experiencia previa o entrenamiento en las técnicas de construcción, y siguiendo un sencillo juego de instrucciones, podrían construir una amplia variedad de estructuras de uno o múltiples pisos de una manera similar a la que usan los niños para construir con sus juguetes. Las estructuras son seguras, a prueba de incendios, resistentes al viento y a los sismos, muy económicas y absolutamente simples de construir a partir de una pequeña cantidad de componentes estandarizados livianos. Hasta la fecha, este sueño tecnológico no ha llegado a realizarse por completo, aunque existe una pequeña duda en nuestra mente sobre si pudiese llegar a concretarse en nuestros países coloniales.
Probablemente esto podría implicar un cambio radical difícilmente aceptado por los intereses.
Varios intentos se han aproximado bastante, pero tendrán que allanarse las dificultades de costo, debido a que estas soluciones solo son económicas si se producen en series e involucrando las técnicas de fabricación en línea como se realiza con la industria del automóvil. No obstante, los progresos tecnológicos en el área de materiales más baratos, ligeros y fuertes, acercan a este sueño y lo hacen cada vez más factible. Las implicaciones de esta tecnología son potencialmente enormes, pues podrán dar posibilidades a los moradores para resolver uno de los aspectos más difíciles de la autoconstrucción, cual es el de lograr la integridad estructural, una efectiva y resistente protección frente al medio y una nueva estética para la ciudad y lo que es más importante de todo: aumento de la calidad espacial del habitante de ciudad consiguiendo así una autentica realización humana en el escenario del diario vivir sea en la casa, en el aula, en la fabrica o en donde se esté.
La tarea de cerrar, de proveer una envolvente climática alrededor de la estructura, es un problema de especial interés. En algunos casos cuando el sistema de construcción incorpora paneles estructurales, la envolvente climática está combinada con la solución estructural, aunque esta no es una solución que brinda flexibilidad dado que la sustentación del sistema depende del trabajo de los elementos de cierre estos no podrían modificarse al estar supeditados a las exigencias de resistencia y estabilidad son inamovibles y confinados a su función como elementos portantes. Por otra parte, si la estructura esta configurada por una trama o esqueleto reticular, deberán entrar en consideración, separadamente tipos de muros interiores y exteriores, aunque su fabricación resulte entonces una función de distintos requerimientos ambientales, pero no de exigencias estructurales disponiéndose así de completa libertad de determinar los cerramientos como es el caso de la solución que proponemos.
Los elementos de superficie los cuales definen los volúmenes construidos y las áreas a cerrar son de tal diversidad de opciones que prácticamente estamos reinventando una nueva y muy audaz forma de ver la ciudad y una nueva forma de trabajar y de vivir como creadores de nuestro propio entorno.
Comentários